Redes para una sociedad saludable

Columna escrita por E.U. Vinka Yusef Contreras, Mg. en Enfermería, Mc. Gestión del Cuidado, Profesor Instructor Instituto de Enfermería Universidad Austral de Chile.

Los cambios demográficos y ambientales a nivel global están volviendo a nuestra sociedad cada vez más vulnerable, poniendo al descubierto la fragilidad de las personas, sobre todo frente a temas contingentes como cambios evolutivos, migraciones, incremento de la morbilidad, reiterada exposición a agentes nocivos y estrés, entre otros; exponiéndonos a situaciones difíciles e incrementando la necesidad de relacionarnos y apoyarnos mutuamente, para construir un ambiente que favorezca el desarrollo social en forma segura y potencie el logro de bienestar de la población.

Diversos autores y organismos a nivel mundial exponen la importancia de conceptos como redes sociales, sistemas de apoyo comunitario, apoyo social y recursos del entorno, basados en procesos comunicativos que utilizan diversas herramientas para mantener conectadas e informadas a las personas, hecho reconocido como trascendental en materia de salud y aspecto integral de los derechos humanos que permite ampliar las capacidades de los individuos, a través de la promoción del intercambio de conocimientos y el trabajo en redes.

La academia no se encuentra al margen de ello, por el contrario, una de sus funciones principales es mantener vínculos con el medio en que está inserta, inculcando en los futuros profesionales el espíritu de ayuda y colaboración, poniéndose al servicio de la comunidad por medio del desarrollo de competencias sello, genéricas y transversales de diversas disciplinas en distintas instancias. Ejemplo de ello, es la oferta de diversos cursos dirigidos a la comunidad en el marco de EnRedándonos”, Escuela de Verano de la Facultad de Medicina UACh a la que es posible acceder en www.medicina.uach.cl.

La responsabilidad social nos impulsa a hacernos cargo de la problemática desde nuestra expertiz, creando redes, nexos y espacios de crecimiento que permitan el desarrollo, seguridad personal y refuerzo de capacidades en aquellos que presentan necesidades o se encuentran en condición de desventaja o adversas.

Si logramos construir vínculos y sistemas de apoyo permanentes, sin duda contribuiremos a mejorar entornos sociales actuales y para generaciones futuras, favoreciendo el emerger de sentimientos de seguridad, contención y autovalencia de la población, necesarios frente a experiencias que nos hacen sentir expuestos o en riesgo, evitando o disminuyendo así las repercusiones que esto conlleva y favoreciendo el desarrollo de una sociedad sana.

LEER COLUMNA EN EL DIARIO AUSTRAL REGIÓN DE LOS RÍOS

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